tiempo estimado de lectura : 2
30 Dec
30Dec

Se encendieron las luces del escenario de la iglesia y la cantante cristiana famosa hizo su entrada diciendo: -¿Cuantos están listos para alabar al Rey? Los gritos de "amén" del público congregado me estremecieron y aun más cuando me volteé y vi tantas personas de pie que comenzaron a cantar y aplaudir. Yo estaba tan alegre como ellos, solo que mi alegría se confundía con ese tipo de emoción que te hace un nudo en la garganta y tienes que aguantarte para no llorar... de felicidad. Es que en ese momento, sin quererlo, hice un flash back al 2014, cuando llegamos a Estados Unidos con la misión de formar una nueva congregación hispana en Lubbock, Texas, y no éramos más que unos desconocidos. Habría que contar muchas historias de ciertos momentos grises y de lo cuesta arriba que fue el camino en los primeros años, pero hoy no es el dia. Simplemente esa noche del concierto, el 10 de diciembre del 2021, reafirmé que Dios nunca nos dejó solos en el camino y que si hubiéramos abandonado, no hubiéramos podido ver ni contar las bendiciones añadidas a nuestra iglesia en los últimos tiempos. Bendiciones que terminamos festejando por todo lo alto ese día.

Como cada domingo estaba preparando el mejor almuerzo de la semana para mi familia. Nuestro servicio en la Iglesia es a las 4:00pm así que tengo tiempo en la casa hasta las 2:00pm más o menos. Parte de mi rutina dominguera mientras cocino, casi siempre es escuchar a la Señora del Canal de las Emociones, una cubana de Miami que admiro mucho, como a otros Youtubers de mi nación, que hacen que no me olvide del lugar de donde Dios nos sacó. Pero ese domingo 11 de Julio, fue diferente. La conversación en el canal era amena y divertida hasta que alguien escribió un mensaje en el chat de la directa diciendo que buscaran urgente un video que estaba circulando en las redes, pues había una gran manifestación en San Antonio de Los Baños. El pueblo de Cuba por fin había salido a las calles. Cuando vi las imágenes no podía creer lo que mis ojos veían, pues luego se sumaron otras ciudades y el tema se hizo viral. La llama de la esperanza para la libertad de mi tierra se estaba encendiendo. Empecé a compartir eufóricamente los videos en las redes y a llamar a mi familia y supuse que todos los cubanos exiliados por el mundo estaban haciendo lo mismo. Lloré, reí, grité y aplaudí a tanta gente valiente ese día. Semanas después andaba apoyando el Rally SOS Cuba, cantando "Patria y Vida" y siguiendo muy de cerca las noticias alarmantes por la represión de la dictadura castrista que sin piedad encarceló a cientos de jóvenes y opositores en esos días y que aun no termina.

Hubo muchos momentos especiales para nuestra familia en el 2021, pero quise destacar estos dos, porque aunque no están conectados entre si, fueron días de grandes emociones contrastantes. Con uno festejamos una victoria personal luego de siete años permaneciendo en el lugar al que nos enfrentamos a lo desconocido. Con el otro nos sorprendimos ante un hecho único en la historia de una nación entera y que por algunos meses nos brindó esperanzas. Con el primero veo a Dios llenándonos de fuerzas para seguir en la tarea que El mismo nos ha encomendado. Con el segundo me lleno de confusión y me pregunto ¿Hasta cuando? Porque aunque se que mi futuro ya no está en el lugar donde nací y crecí, Cuba todavía duele. Con el primero agradezco por vivir en tierra de libertad donde la mayoría puede avanzar en lo que se propone. Con el segundo miro frustrada a una tierra que se estanca y a su gente que se hunde en el terror absurdo de perder lo que no tienen por culpa de dictadores ateos y fascistas.

Como quiera, un día como hoy en que el año termina, no dejo que ningún pensamiento negativo estorbe mi gratitud y quiero recordar que todo tiene su tiempo, como dice Eclesiastés, y que todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Así como Dios nos regaló un año lindo para nosotros con nuestra iglesia Vida Abundante y nos trajo personas maravillosas que hoy comparten nuestro proyecto de fe, quiero creer que El hará cosas hermosas en la vida de otros para el nuevo año. Continuaré creyendo en las misericordias del Señor, que son nuevas cada mañana y avanzaré confiada en que El renovará las fuerzas de todos los que en El esperan.

¡Feliz 2022 para todos!




Gracias por llegar hasta aquí y leer lo que escribo.

Puedes dejar tus comentarios más abajo si lo deseas.

Para recibir nuevas entradas a este blog ve a la página de inicio y suscríbete.

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.