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07 Aug
07Aug

Hoy es 7 de Agosto y se cumplen nueve años de haber llegado a Estados Unidos de América. Puedo cerrar mis ojos y detallar en la mente cada detalle de aquel dia que significaba futuro. Los rostros de mis hijos mirando a través de la ventanilla del avión  es una de las escenas que más aprecio y que siempre menciono, porque ellos eran una de las razones más importantes para decir adiós aquel día a Cuba, nuestra isla detenida en el tiempo. La isla que por causa de los que se adueñaron de ella, se ha convertido en ese lugar de la tierra al que no quieres volver a menos que las cosas cambien. (Entiéndase por "cosas" la muerte de esa dictadura) Muchos dicen que ese día esta cerca, otros perdieron la fe. Mientras tanto estamos aqui, agradecidos por la posibilidad de habernos ido.

Nuestra vida en Estados Unidos como la de cualquier emigrante ha tenido sus retos. Para mi el llegar a una ciudad que no tenia nada que ver con mis gustos personales y adaptarme si o sí, fue uno de ellos. Una ciudad extraña, que nunca había escuchado mencionar hasta el dia que nos dijeron que esa ciudad sería nuestro próximo destino. Una ciudad sin playas, sin montañas, sin ríos, sin edificios altos y con un downtown tan antiguo como el de las películas viejas del oeste. Por otro lado alejada de mi familia y amigos en Florida. Sencillamente era comenzar a construir una nueva vida, muy diferente a la anterior y desde cero.

Nueve años después puedo decir que lo hicimos... o que aun lo estamos haciendo. Debía haber esperado quizás al año número 10 para escribir este blog por ser numéricamente más significativo, pero no tiene sentido, porque han sido nueve años los que han tenido que pasar para reconocer que Lubbock era el lugar que Dios tenia para nosotros y punto. Y hablo por mi, porque mi esposo y mis hijos lo entendieron primero que yo.  Hoy me tomo este tiempo para agradecer no solo por haber llegado a tierra de libertad juntos como familia sin cruzar fronteras ni navegar en mares peligrosos. Y me tomo el tiempo para agradecer por la ciudad que nos ha acogido, una ciudad de la cual pocos hablan cosas bonitas, porque la comparan con otras obviamente bellas y porque es cierto que aquí no todo es perfecto, como esa temperada de vientos y de polvo entre marzo y abril. Sin embargo sigo creyendo, que la belleza de los lugares puede ser aportada también por quienes vivimos en ellos.

Al cabo de 9 años agradezco por las lecciones de fe que Dios me ha dado en Lubbock. Por poder ver los frutos de nuestros trabajos cuando parecía tan difícil que pudiésemos llegar a verlos. Por tener una casa y por poder viajar con el resultado de nuestros propios esfuerzos, cosas que en Cuba eran impensables. He aprendido a valorar el cambio de las estaciones, la amplitud de las calles, la simpleza de la gente y  la tranquilidad del barrio en el que vivimos. ¡Es tan sencillo hacerlo como mirar por mi ventana ahora mismo mientras escribo! Ahi está mi esposo trabajando en nuestro jardín al lado del pino que sembramos en medio de una de las épocas más duras, y ahi están los dos, el pino creciendo y mi esposo sonriendo y a mi me hace feliz verlo a él feliz. Agradezco por Vida Abundante, mi lugar favorito en esta ciudad y por las personas que ahora son parte de nuestra historia del presente, que eran parte del futuro hace nueve años cuando nos fuimos de Cuba. Gente linda de diferentes naciones, que me las hubiera perdido de haber cambiado el rumbo hacia otro lugar.

Lubbock no es la ciudad que yo hubiera elegido probablemente si hubiese tenido la posibilidad de hacerlo, pero de corazón hoy agradezco haber abrazado esta oportunidad. Y cuando tenemos ansias de conocer otros lugares más bonitos, los reservamos para las vacaciones y los disfrutamos con intensidad, nuestros video vlogs en Youtube son testigos de ello. Pero siempre que llega la hora del regreso y aterrizamos en este pedacito de tierra tejana en el oeste, sentimos que hemos llegamos a casa y en ese momento también somos felices.

Hace unos dias, en medio de nuestros trabajos y compromisos, logramos sacar tiempo para hacer un Vlog dedicado a Lubbock, siento que se me quedaron muchísimas cosas fuera y que pude hacerlo mejor, pero las horas no nos alcanzaron para más. Como quiera aqui les dejo este, nuestro pequeño homenaje a la cuidad que nos acogió hace hoy exactamente nueve años.



Gracias por llegar hasta aquí y leer lo que escribo. 

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